sábado, 26 de noviembre de 2016

DESAFÍO Nº 8 : ESCUCHA ATENTAMENTE 




Si hay algo en lo que todos nos parecemos: viejos, jóvenes, niños, altos, bajos, mujeres, hombres, es en una cosa: a todos nos encanta que nos escuchen. Cuando alguien nos dedica su plena atención, nos está regalando el don más precioso que tiene: su TIEMPO, y nos sentimos reconocidos en nuestra valía. 

En este nuestro mundo caótico y estresado, el mejor regalo que podemos hacer a alguien es escucharle atentamente

Sin embargo, cada vez es más difícil que nos escuchen y que escuchemos atentamente a alguien: oímos a nuestros seres queridos, a nuestros compañeros de trabajo, incluso a nuestros amigos, mientras hacemos otras cosas, mientras pensamos en otras cuestiones, mientras consultamos el  móvil... Y eso tiene consecuencias negativas en nuestra relación con ellos. 

Si quieres hacer este desafío, durante esta semana, elige cada día una ocasión para escuchar a alguien atentamente. 

PRÁCTICA DE ESCUCHA ATENTA: 

- Escucha con todos los sentidos, no sólo con las orejas. Si sólo "oyes", te perderás un montón de claves no verbales. Mira a la persona que te está hablando, su expresión, su tono de voz, sus gestos, siente las emociones que está transmitiendo. 

- Dale tiempo para expresarse, no la interrumpas. 

- Sé consciente de tus emociones mientras escuchas, si algo te enfada, te alegra, te divierte..-

- Pregúntale para que profundice en lo que dice: detalles, lo que ha sentido, etc. y escucha de nuevo lo que te dice. 





¿Ha sido diferente a otras "escuchas"? 

¿Crees que la otra persona ha percibido alguna diferencia?

¿Cómo te has sentido de cómodo/a tú?

¿Has descubierto algo nuevo de ti o de la otra persona? 

Como siempre, me encantará que publiques tus opiniones. Suscríbete para recibir en tu email los avisos de nuevas entradas (es gratis). 

2 comentarios:

  1. Completamente de acuerdo, Beatriz. Escuchar es enriquecedor para uno mismo y generoso con aquel al que escuchas. Evidencia tu interés por su persona. Gracias

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  2. Que difícil resulta escuchar cuando tienes poco tiempo para todo. Cuando era adolescente me quejaba de que mi madre no me escuchaba y ahora mis hijos a veces me lo dicen: "no me escuchas mami". Se repite la historia. Una vez me pusiste un ejemplo muy claro: cuando dejas que el otro hable el otro siente la sensación de que se desinfla y se siente mejor. Gracias por hacer esta bonita reflexión Beatriz, esta semana voy a escuchar más a mis hijos.

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