sábado, 26 de noviembre de 2016

DESAFÍO Nº 8 : ESCUCHA ATENTAMENTE 




Si hay algo en lo que todos nos parecemos: viejos, jóvenes, niños, altos, bajos, mujeres, hombres, es en una cosa: a todos nos encanta que nos escuchen. Cuando alguien nos dedica su plena atención, nos está regalando el don más precioso que tiene: su TIEMPO, y nos sentimos reconocidos en nuestra valía. 

En este nuestro mundo caótico y estresado, el mejor regalo que podemos hacer a alguien es escucharle atentamente

Sin embargo, cada vez es más difícil que nos escuchen y que escuchemos atentamente a alguien: oímos a nuestros seres queridos, a nuestros compañeros de trabajo, incluso a nuestros amigos, mientras hacemos otras cosas, mientras pensamos en otras cuestiones, mientras consultamos el  móvil... Y eso tiene consecuencias negativas en nuestra relación con ellos. 

Si quieres hacer este desafío, durante esta semana, elige cada día una ocasión para escuchar a alguien atentamente. 

PRÁCTICA DE ESCUCHA ATENTA: 

- Escucha con todos los sentidos, no sólo con las orejas. Si sólo "oyes", te perderás un montón de claves no verbales. Mira a la persona que te está hablando, su expresión, su tono de voz, sus gestos, siente las emociones que está transmitiendo. 

- Dale tiempo para expresarse, no la interrumpas. 

- Sé consciente de tus emociones mientras escuchas, si algo te enfada, te alegra, te divierte..-

- Pregúntale para que profundice en lo que dice: detalles, lo que ha sentido, etc. y escucha de nuevo lo que te dice. 





¿Ha sido diferente a otras "escuchas"? 

¿Crees que la otra persona ha percibido alguna diferencia?

¿Cómo te has sentido de cómodo/a tú?

¿Has descubierto algo nuevo de ti o de la otra persona? 

Como siempre, me encantará que publiques tus opiniones. Suscríbete para recibir en tu email los avisos de nuevas entradas (es gratis). 

domingo, 23 de octubre de 2016

LA MEDITACIÓN RETRASA EL ENVEJECIMIENTO



     Si no meditas porque crees que "no tienes tiempo", vuelve a planteártelo porque muchas investigaciones están descubriendo que la meditación no sólo puede darte más calidad de vida a tus años, sino que puede regalarnos más años de vida con mejor salud.

    En los últimos años, las investigaciones sobre la influencia de la meditación y del mindfulness sobre la salud se han multiplicado exponencialmente y no es raro encontrar artículos en publicaciones científicas de Neurociencia, de Cardiología, etc. Varios de estos artículos, algunos de muy alto nivel y alcance, se han centrado sobre la influencia de la meditación sobre el envejecimiento y mortalidad.

      Un estudio del Dr. Wallace en la década de los 80 en el International Journal de Neuroscience mostraba que los marcadores biológicos de las personas que habían practicado la meditación durante más de cinco años correspondían a una edad biológica 12 años menor. Entre los que llevaban menos tiempo meditando, sus marcadores biológicos eran 5 años menores que los controles. A más años meditando, más rejuvenecimiento. Podéis leer el artículo aquí:
     La revista American Journal of Cardiology publicó en el 2005 los resultados de un estudio sobre meditación, realizados por el Centro de Medicina Natural y Prevención de Estados Unidos. Según dicho estudio, las personas que practican la técnica de la meditación viven más que aquellas que no lo hacen. A 202 ancianos hipertensos (con una media de edad de 71 años) les enseñaron meditación trascendental, y compararon su salud con un grupo control a largo plazo (¡máximo 18 años de seguimiento!). Entre los meditadores, hubo 49% menos de muertes debidas al cáncer, 30% menos muertes por problemas cardiovasculares, y 23% menos de muertes por causas diversas, comparándolas con los controles. 




Varios estudios confirman que los meditadores son más longevos. En otro estudio, se estudió el impacto de la meditación entre los habitantes de ocho residencias, con una media de edad de 81 años. A los tres años la supervivencia entre los meditadores era del 100%, mientras que en el grupo control era del 63%. 

      Uno de los marcadores de envejecimiento celular, que tiene relación con multitud de enfermedades relacionadas con la edad (cardiacas, demencias, osteoartritis, osteoporosis) es la longitud de los telómeros  en los cromosomas. Los telómeros son una especie de capuchones al final de los cromosomas, cuya función es la estabilidad de estos. Con la edad, y las divisiones celulares, los telómeros se van acortando, hasta que llega un momento en el que la célula no puede replicarse y muere. Son como temporizadores de la célula, ya que marcan el número de divisiones celulares de esta. En este proceso tiene un papel fundamental la telomerasa, una enzima que contrarresta el acortamiento de los telómeros, por lo que promueve la longevidad celular.  




 
El proyecto Shamatha, un estudio longitudinal sobre meditación, hizo un seguimiento de sesenta participantes de un retiro intensivo de meditación de tres meses en 2011. El equipo de investigación liderado por el Dr. Saron, del Davis Center for Mind and Brain de la Universidad de California, y en el que participó la Premio Nobel y descubridora de la telomerasa Elizabeth Blackburn, demostró que la actividad de la telomerasa era un 33% más elevada en los glóbulos blancos de los meditadores que en los grupos control. La meditación promueve cambios psicológicos positivos, y aquellos meditadores con más cambios a nivel psicológico fueron los que se encontraron niveles de telomerasa más altos. El Dr. Saron observó que la meditación puede mejorar el bienestar psicológico de una persona, y esto influir en la telomerasa de las células inmunes, que tiene la capacidad de aumentar la longevidad de dichas células.

Elizabeth Blackburn, Premio Nobel de Medicina en 2009
   
    El equipo liderado por la Premio Nobel Elizabeth Blackburn demostró que la meditación puede ralentizar el envejecimiento genético y estimular la regeneración genética. “Algunas formas de meditación pueden tener efectos saludables sobre la longitud de los telómeros, al reducir el estrés cognitivo y la aparición del estrés, y estimular estados positivos de la mente y factores hormonales que pueden promover el mantenimiento de dichos telómeros”. También la pobreza, la alimentación deficiente y trabajo en malas condiciones son limas que recortan los telómeros, según esta investigadora.

    Varios estudios han comprobado el impacto de la meditación sobre la hormona DHEA, cuyos niveles pueden llegar a incrementarse hasta en un 90% en cuestión de semanas en personas que estaban aprendiendo a meditar.

    La DHEA es una hormona que ayuda al cuerpo a defenderse de ataques virales, bacterianos y parasitarios, previene la inflamación y mantiene la glándula del timo (relacionada con la esperanza de vida). Además previene la depresión y contrarresta los efectos negativos del estrés. La hormona DHEA es abundante en el cuerpo durante la juventud, pero decrece con la edad. Se produce en el cuerpo y no se puede asimilar cuando se adquiere por fuentes externas. Tanto el ejercicio como la relajación y meditación incrementan esta hormona.

    El doctor Wallace investigó el impacto de la meditación en los niveles de DHEA, y publicó sus resultados en el International Journal of Neuroscience. Encontró que el cuerpo produce más hormonas reguladoras, curativas y calmantes (DHEA, melatonina y serotonina) durante un estado relajado, al incrementarse la actividad de las partes del cerebro que estimulan su secreción, y disminuyendo la actividad de las áreas relacionadas con el estrés del cerebro (que secretan adrenalina y cortisol).

    Así que, si te quieres mantener joven: 
cultiva tus relaciones, cuida tu alimentación, haz ejercicio físico regularmente  y MEDITA.




     En próximas entradas hablaré de los efectos de la meditación sobre otras áreas: la salud física, psicológica, nuestro rendimiento laboral, deportivo, su influencia sobre las relaciones que establecemos y, lo más importante, cómo vivimos día a día la vida que tenemos. 


jueves, 6 de octubre de 2016

DESAFÍO MINDFULNESS Nº 7: 
ATENCIÓN PLENA EN LAS ESPERAS:


¿Cuánto tiempo de nuestra vida nos pasamos esperando? A que nos atiendan en la cola del supermercado, a que llegue el autobús, aguardando a nuestra cita, el avión, esperando en la sala del médico….



Desde que existen los teléfonos inteligentes, nuestra tolerancia a estar sin hacer nada en estas “esperas” se ha reducido a casi cero. ¿Cuántos minutos te permites “estar” sin consultar si ha llegado un mensaje? ¿En casa, por la calle?



Como entrenamiento para aprender a estar con uno mismo, te propongo el siguiente desafío:
  • La próxima vez que tengas que esperar no saques el teléfono. Existe vida fuera del entorno virtual, ¡en serio! O al menos, espera unos minutos antes de hacerlo. 
  • Concéntrate en tu momento presente. Centra tu atención en la respiración: ¿cómo la sientes? ¿dónde la sientes? ¿cómo es de rápida/lenta, forzada/cómoda, superficial/profunda?
  • Haz un “escaneado” de tus sensaciones corporales: de las tensiones en tus músculos, de las sensaciones de la ropa en tu piel, de la postura, etc. Quizá incluso de tus emociones: ¿te sientes nervioso/a, impaciente, tristón/a, enfadado/am alegre….?
  • Concéntrate en los estímulos externos: simplemente observándolos, sin juzgarlos. Quizá descubras que es muy difícil observar a otras personas, sin que nos surjan juicios automáticos sobre ellos, su ropa, etc (feo/guapo/elegante/antipático…)
  • Vuelve a concentrarte en tu respiración: cuenta tus respiraciones hasta llegar a 10. Cuando surjan pensamientos, y te des cuenta de que te has enganchado a su tren, bájate de él, y vuelve a contar tus respiraciones.
Me encantará leer tus comentarios. 




miércoles, 21 de septiembre de 2016

DESAFÍO Nº 6: CONDUCE ATENTAMENTE



El modo de nuestra mente por “defecto” es el de soñar despiertos. Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos estamos “pensando” en otras cosas, distintas a las que estamos haciendo, sin control alguno sobre adónde va nuestra mente. 

Esto genera distracciones y olvidos que la mayoría de las veces no son muy importantes, como cuando se nos olvida a por qué nos hemos levantado, pero que en otras ocasiones estas distracciones están poniendo en riesgo nuestras vidas, como cuando conducimos con el "piloto automático" puesto.  

Varias investigaciones han comprobado que conducir pensando en otras cosas puede aumentar el riesgo de accidente, porque se reduce el ángulo de atención, aumenta el tiempo de respuesta a sucesos inesperados, se conduce a más velocidad y se mantiene una distancia con el coche de delante menor. (Yanko, 2014; He, 2011).

Los expertos consideran que es difícil mantener la atención durante viajes largos, monótonos o rutinarios. La conducción automática reduce el cansancio que supondría la atención plena durante períodos largos. Y es que nuestra mente no está entrenada para mantener la atención durante períodos prolongados, especialmente si la tarea es monótona. Pero lo cierto es que no hace falta que el viaje sea largo, ya que la mayoría de las veces sintonizamos nuestra radio interior (además de la exterior) en cuanto agarramos el volante.



Hace algunos años, la empresa Audi puso en práctica un experimento para medir la conducción automática o subconsciente, en contraste con la conducción con atención plena. ¿Os ha ocurrido alguna vez que al llegar a vuestro destino os habéis preguntado: "¿Cómo he llegado hasta aquí?"... 



Por todo esto, aunque sólo sea como entrenamiento para la mente, y de paso, aumentar nuestra seguridad, haz una práctica de conducción atenta siempre que puedas:
  • Haz una o dos respiraciones antes de arrancar el coche. Esto te permite situarte en el presente y en el cambio de actividad. 
  • A lo largo del viaje, centra tu atención en las condiciones de la carretera, en el comportamiento de los otros coches, en las señales de tráfico, en ajustar la velocidad a las condiciones...
  • Vuelve a redirigir tu atención cada vez que te “descubras” divagando con otros temas.
  • Centra tu atención en la respiración cada vez que pares en un semáforo. Deja que tu mente se serene. Puedes hacer un “escáner” de tus sensaciones corporales: ¿sientes tensión en alguna parte de cuerpo, quizá el cuello, los hombros…? Ajusta tu postura y relaja, en la medida de lo posible, estos músculos. Si todavía tienes tiempo, observa a tu alrededor. Hacer esto puede convertir cada semáforo en una pequeña relajación.
  • Vuelve a centrar tu atención en la respiración al llegar a tu destino. No necesitas más de 10 o 20 segundos, concédetelos. Hacer pequeñas paradas con dos o tres respiraciones al cambiar de actividad  nos ayuda a estar más centrados, más atentos y más relajados.

Pruébalo y me cuentas...










sábado, 10 de septiembre de 2016

DESAFÍO Nº 5: DISFRUTA PLENAMENTE DE TU TAZA DE TÉ



El tomar té (o café) está asociado en muchas culturas a momentos de relax, de contacto social, de hospitalidad. En algunos países, como Japón, existe todo un ritual respecto a la preparación del té. En estos rituales, se puede encontrar una “adoración de lo bello en medio de los hechos sórdidos de la vida cotidiana, así como refinamiento, un íntimo contenido espiritual, humildad, control y simplicidad” (Wikipedia).

Por ello, el saborear plenamente de una taza de té, infusión o café puede ser un buen ejercicio para cultivar la atención. Es además una forma de que el descanso que nos permitimos cuando nos tomamos una tacita de nuestra bebida favorita sea realmente un paréntesis entre nuestras preocupaciones habituales, al darle toda nuestra atención al momento presente. 

¿CÓMO HACERLO?

Prepáralo con cuidado y atención, eligiendo una taza bonita. Aparta el móvil (importante). Sé consciente de lo que estás haciendo y deja por un momento las preocupaciones y planificaciones. Aprovecha la espera para observar tu respiración, sin modificarla. 

Cuando ya esté listo, tómatelo dedicándole toda tu atención, sé plenamente consciente de lo que estás haciendo, como si fuera la primera vez que lo pruebas: céntrate en el momento presente. Observa, huélelo, saborea, paladea, siente su temperatura, la textura de la taza. Si la mente se te va a otras cuestiones (lo cual será lo normal y habitual, ya que no tenemos entrenada nuestra mente), simplemente vuelve a tu presente en cuanto seas consciente de la distracción. Hazlo todas las veces que sean necesarias. 

Parece fácil, pero a nuestra mente le gusta jugar a dar saltos, por lo que quizá tengas que volver una y otra vez a la taza de té, a tu presente. Si lo practicas, cada vez será más fácil.


Es una forma de meditación práctica, de vivir plenamente lo cotidiano. Disfruta y agradece. Sé feliz.





sábado, 27 de agosto de 2016

DESAFÍO Nº 4: DUCHA CONSCIENTE.






   Nos levantamos corriendo, nos lavamos a toda prisa, nos vestimos, desayunamos rápidamente, salimos o no de casa, comenzamos nuestras tareas laborales y domésticas… Mientras tanto, siempre con la cabeza en otra cosa, pensando en lo que ocurrió ayer, o lo que tenemos pendiente por hacer a lo largo del día.    ¿Te suena? 

    ¿Qué te parece si en toda esta vorágine introduces unos minutos de conciencia plena mientras te duchas? De esa forma, no sólo limpiarás tu cuerpo, sino que concederás a tu mente unos preciosos minutos de serenidad. Es una práctica ideal para practicar estar en el momento presente y así convertir una “tarea” rutinaria en una pequeña meditación-relax.

¿CÓMO HACERLO?:
  • Desnúdate y acepta tu cuerpo tal y como es. Sé amable contigo mismo/a.
  • Abre el grifo y observa cómo el agua fluye. Hazte consciente del regalo precioso que es tener agua limpia al alcance de la mano, con sólo un giro de muñeca. Siente la temperatura, métete en la ducha y nota cómo el agua limpia baja por tu cuerpo. Cierra los ojos para concentrarte mejor. Cuando pongas el jabón en la esponja, observa su color, su textura, huele su aroma. Enjabona tu cuerpo centrándote en las sensaciones en tu piel, en tus músculos. Hazlo todo lo lentamente que puedas y hazte consciente de tus movimientos. Deja después que el agua aclare el jabón y fluya por tu cuerpo. Deja que las tensiones resbalen, que se disuelvan con el agua. Permite que esta sensación de limpieza llegue a tu mente, a tu espíritu. 
  • Vuelve al presente cuando te des cuenta que tu mente está en otro sitio (divagando, preocupándote, recordando, planificando...).  No metas los problemas en la ducha. No es ahora el momento de pensar en ellos. 
  • Sécate con mimo. Céntrate en el tacto  de la toalla en tu piel, en tu cuerpo. Deja que las sensaciones de paz se prolonguen. 

   ¿Ha sido diferente a tu ducha habitual en modo “automático”? ¿La has disfrutado más? ¿Has podido dejar que se fueran los pensamientos cuando llegaban? 

    Aunque parezca fácil concentrarse durante unos minutos, no lo es. Lo más probable es que tu mente haya estado dando "saltos" y hayas pensado cuarenta mil cosas en vez de estar presente en ese momento. Puede ser frustrante no conseguir concentrarnos, pero al darnos cuenta de ello, y percatarnos de cómo divagamos, ya estamos introduciendo más atención en nuestra vida. Persevera, sé amable contigo mismo/a e introduce estos minutos de conciencia, que no hace falta que sean perfectos. Sólo que sean y que te permitas estar plenamente presente, aunque sean unos instantes.

   Cada vez que te duchas tienes una oportunidad de practicar el estar plenamente presente, y así introducir unos minutos de serenidad en tu vida.  Es una forma muy agradable de practicar la conciencia plena.  

¿Te animas a probarlo?


jueves, 11 de agosto de 2016

DESAFÍO Nº 3. MEDITA CAMINANDO


    Constantemente vamos de un lado para otro, andamos, nos sentamos, nos levantamos, corremos, giramos… y la mayoría del tiempo no somos conscientes de cómo hemos llegado a donde estamos. En la vida siempre queremos llegar a otro sitio, mirando al futuro, pensando que la felicidad está más adelante, cuando por fin consigamos tal o cual meta. Los lunes queremos que sean viernes, al llegar al trabajo deseamos que acabe la jornada laboral, anhelamos llegar a la siguiente etapa (terminar el curso, encontrar trabajo, casarnos, las vacaciones, la jubilación) sin darnos cuenta de que todo lo que tenemos está en el ahora. Nos olvidamos que la vida no está al final del camino, LA VIDA ES EL CAMINO y EL CAMINO ES LA VIDA. Lo importante no es adonde llegamos, sino cómo llegamos.  

Un aprendizaje para hacernos conscientes de esta realidad es meditar caminando, o caminar conscientemente. Una forma de caminar en la que lo importante no es lo lejos que llegas, sino los pasos que das. Una metáfora para la vida. Ya lo dijo Antonio Machado:


“Caminante, son tus huellas

el camino y nada más;

caminante, no hay camino,

se hace camino al andar”






     Una de las posibilidades de meditación más hermosas y sencillas es meditar mientras caminamos. Al centrarnos en los pasos, en vez de en el destino, estamos viviendo el presente, en vez de un incierto y futuro destino. La meditación andando es una práctica que nos ayuda a estar presentes en cada instante. Cada paso que damos conscientemente nos ayuda a ponernos en contacto con las maravillas de la vida que están aquí y ahora, disponibles en este preciso momento. Podemos coordinar nuestros pasos con nuestra respiración mientras caminamos con normalidad por el pasillo, por la acera, por la orilla de un río, no importa dónde estemos, sino cómo lo hagamos.

Caminar en meditación puede ser muy agradable. Paseemos a pasos lentos, solos o con amigos, y si es posible en un bello entorno. La meditación nos permite apreciar realmente el caminar: no caminamos para llegar a algún lugar, sino por el mero hecho de caminar. El objetivo es permanecer en el instante presente, conscientes de nuestra respiración y del hecho de caminar, para poder saborear cada uno de nuestros pasos. Debemos dejar pasar nuestros problemas y angustias, no pensar en la meta y simplemente saborear el instante presente. Podemos practicar dando pasos lentos, tranquilos, con una media sonrisa en los labios y la paz en el corazón. Camina despacio, tranquilamente, como si fueras la persona más despreocupada y desocupada del mundo.

¿CÓMO HACERLO?
  • Si puedes elige un bello entorno al aire libre, pero si no es posible, puedes hacerlo en cualquier lugar, en tu ciudad, en tu casa… 
  • Practica en soledad, o acompañado en silencio.



  • Puedes optar por las opciones siguientes, o practicar una después de otra: 


1.- CÉNTRATE EN TU RESPIRACIÓN:


La respiración es el medio por el que más fácilmente nos centramos en nuestro presente, por ello vamos a hacernos conscientes a la vez de la respiración y nuestros pasos. ¿Cómo?
  • Comienza a andar lentamente. Observa tu respiración mientras caminas: ¿cuántos pasos das en la inspiración? ¿Cuántos en la expiración? Quizá son 2-2, o 2-3, o 3-3… No fuerces la respiración, simplemente cuenta. Si el resultado no son números enteros, por ejemplo, dos pasos y medio en la inspiración, camina un poco más rápido para que pasen a ser tres o más lento para que descienda a dos.
  • Continúa dando paso tras paso. Siendo consciente de los pasos y de la respiración.
  • Practica siempre que puedas, aunque sean pocos pasos. Son momentos en los que tomas conciencia de tu presente.
  • Tras unos días de práctica, prueba a añadir un paso durante algunas expiraciones. Por ejemplo, si tu ritmo es 2-2, prueba a hacerlo 2-3 durante 4 o 5 ciclos seguidos, y luego vuelve a tu ritmo 2-2. Repítelo unas cuantas veces. Te dará sensación de bienestar, y con el tiempo, puede que tu ritmo pase a ser 2-3.

Thich Nhat Hanh (monje budista vietnamita nominado para el Premio Nobel de la Paz) recomienda pensar durante la inspiración “He llegado”, que significa que ya estoy donde quiero estar (en mi vida) y no tengo que darme prisa en llegar a otro sitio. Al expirar, podrás dar tres pasos y pensar “Estoy en casa”, que significa “he regresado a mi verdadero hogar, que es la vida, aquí, en el instante presente”. Solo el instante presente es real, el pasado y el futuro solo son fantasmas. Puedes repetirlo una y otra vez. O bien puedes añadir otras frases como “en el aquí” (inspirando)- “en el ahora” “soy firme” (inspirando)- “soy libre” (expirando).

Al inspirar das dos o tres pasos y en cada paso, o sólo una vez, dices "He llegado" 
Al espirar das dos o tres pasos y en cada paso, o sólo una vez, dices "Estoy en casa" 
Al inspirar das dos o tres pasos y en cada paso, o sólo una vez, dices "Aquí" 
Al expirar das dos o tres pasos y en cada paso, o sólo una vez, dices "Ahora".
Al inspirar das dos o tres pasos y en cada paso, o sólo una vez, dices "Soy firme"
Al espirar das dos o tres pasos y en cada paso, o sólo una vez, dices "Soy libre"


2.- CÉNTRATE EN TUS PASOS, EN TUS PIES, EN EL MOVIMIENTO:
  • Da cada paso de forma consciente y muy lentamente. Observa cómo se mueven las piernas, cómo se apoyan los pies. Da pasos lentos, serenos, firmes. Encuentra la paz en cada paso. Camina de una forma que te resulte cómoda.


Thich Nhat Hanh recomienda mantener mientras caminamos meditando una media sonrisa en los labios, ya que nos ayudará a dar pasos más ligeros y tranquilos, en plena conciencia y con más alegría. Concéntrate en cada uno de tus pasos y mantén esa media sonrisa, fuente de maravillas; toma asimismo conciencia de tu respiración. Es otra herramienta milagrosa para mantener la alegría interior.


3.- CÉNTRATE EN TUS SENSACIONES:
  • Mientras caminas céntrate en lo que entra por tus sentidos de uno en uno: observa el cielo, los árboles, los edificios... Escucha los ruidos de alrededor. Nota a qué huele. Siente la brisa, el frío o calor, las sensaciones en la piel, en tus manos, en la cara... Observa tus sensaciones internas, las tensiones o dolores, tus músculos moviéndose. Vive intensamente el presente. 


Tómate tu tiempo y vive la experiencia. No hay tiempo mínimo ni máximo. Después de realizarlo, reflexiona sobre lo que has vivido. Así puedas dar un cierre a tu caminata, y saborear lo aprendido. 



Por desgracia, puede ocurrir que no encuentres el momento para este paseo en soledad, que no logres pasear lento, que te dé vergüenza ir por la calle caminando despacito y con una sonrisa en la cara… 





Prueba entonces a estar presente en tus paseos habituales y con tu ritmo de caminar habitual: al salir a la calle a comprar, yendo o volviendo del trabajo, o según te mueves por la casa… cuenta los pasos concentrándote en tu inspiración y expiración. Quizá entonces el ritmo sea 4-4, o incluso 5-5. Céntrate en el movimiento. Observa a tu alrededor. Quizá sólo te permitas unos instantes de concentración. Es un comienzo. Pronto buscarás y encontrarás unos minutos para un verdadero y lento paseo, que puedas disfrutar plenamente.

¿Qué te parece? ¿Damos un paseo? 










lunes, 1 de agosto de 2016

DESAFÍO Nº 2: COME CONSCIENTEMENTE. Meditación de la pasa



¿Cuántas veces comemos apresuradamente? Zampamos lo que tenemos delante, sin ser conscientes de la maravilla que supone poder alimentarnos, nutrirnos, del regalo que supone tener comida en la mesa, sin hacernos consciente de las delicias de los sabores y la texturas. Comemos mientras hacemos otras cosas, vemos la tele, consultamos el móvil, nos preocupamos por mil y una historias. Muchas veces comemos demasiado porque no somos conscientes de lo que comemos mientras nos llenamos sin saber cuándo parar.

Hay un ejercicio clásico de meditación, que propone John Kabat Zinn, en el que una pequeña pasa se convierte en nuestra maestra de meditación y de atención plena. Con él se pueden descubrir aspectos importantes de la relación que mantenemos con la comida.






INSTRUCCIONES:
  • Elige un alimento que se pueda comer de un bocado: una pasa, un pequeño trozo de chocolate, un trozo de galleta. (En el ejercicio me referiré a una pasa)
  • Siéntate delante del alimento. Sé consciente de tus sensaciones: ¿estás salivando? ¿tienes hambre? Se consciente de los pensamientos que van y vienen durante esta práctica… Déjalos ir con benevolencia y vuelve a centrarte en el presente.
  • Observa ahora su color, su forma, su brillo, su tamaño.
  • Extiende lentamente la mano para coger la pasa. Siente cómo se mueve tu brazo, tu mano, tus dedos ante tu orden mental. Coge la pasa, ponla en tu palma y siente su peso, explórala con tus dedos, gírala, aprétala para apreciar su firmeza. Imagina que acabas de llegar a este planeta y es la primera vez que experimentas con este alimento. Siente su temperatura, su rugosidad, su textura.
  • Llévatela a la nariz y huélela.
  • Acércala a tus oídos y aprétala, ráscala, escucha cómo suena.
  • Ahora introdúcela muy lentamente en tu boca. No mastiques todavía. Muévela con tu lengua en la boca. ¿Cómo la sientes? Ahora muy despacio, muérdela. Con plena conciencia, mastícala y saboréala, resistiéndote al impulso de tragarla rápidamente. Cuando esté finamente masticada, trágala. ¿Sigues notando su dulzor en la boca? ¿Qué sientes?
  • Por último, felicítate por haber sido capaz de concederte este tiempo para realizar este ejercicio de atención plena.

¿Cómo te has sentido? ¿Has descubierto algo de ti mismo/a?
¿Puedes extender algo de esta experiencia a otros momentos en los que te alimentas? ¿Quizá saborear el primer bocado de la tostada de la mañana o la primera cucharada del guiso de la comida? ¿Podrías con la práctica alargar la experiencia? ? ¿Comerte toda una manzana de forma consciente? ¿Ser consciente durante unos minutos mientras comes, centrarte en lo que estás comiendo, saboreándolo, sintiéndolo, 
sintiendo agradecimiento por el mero hecho de poder comer?

PARA GENERALIZAR Y AMPLIAR ESTA EXPERIENCIA: 
  • Practica comer conscientemente siempre que puedas. Aprovecha para practicar momentos en los que estés solo/a.
  • Evita las distracciones: TV, móvil, música, etc.
  • Come lentamente. Mastica y saborea cada bocado. Sé consciente de las texturas, de los olores, de los matices de los sabores.
  • Vuelve al presente cada vez que tus pensamientos se disparen. Se benévola/o, y con una sonrisa, concéntrate de nuevo en la comida.
  • Déjate sentir el agradecimiento por la comida y por tu cuerpo que puede alimentarse.
En terapia psicológica, la práctica del mindfulness se está utilizando con éxito (junto con otras técnicas) para problemas de alimentación. En muchos casos de obesidad, la comida se ha convertido en un calmante, en un antidepresivo, en un distractor que se engulle sin apreciarlo. Al hacernos conscientes del acto de comer, se eliminan los automatismos, y nos alimentamos sólo hasta el punto en que nuestro cuerpo lo necesita. 

Me encantará que me cuentes tu experiencia con este ejercicio.  

La investigaciones recientes en Psicología confirman la importancia de la atención/distracción y sus efectos sobre la ingesta. Eric Robinson ha realizado un meta-análisis de estos efectos, revisando 24 investigaciones que analizan este tema. Si te interesa el tema, lo puedes leer en inglés en: 

jueves, 28 de julio de 2016

DESAFÍO 1: SÉ CONSCIENTE DE TUS SENSACIONES.


¿Cuántas veces hemos terminado de hacer algo sin apenas haber prestado atención a lo que vivíamos? Conversaciones en las que estábamos pensando en otra cosa, comidas en las que apenas hemos prestado atención a los sabores, paseos en los que vamos ensimismados en nuestras preocupaciones y no vemos, oímos ni olemos lo que tenemos alrededor. Vivimos sin vivir, sin ser conscientes de que estamos vivos. 





El desafío de hoy es el siguiente:

Durante un minuto, al menos tres veces al día, intenta concentrarte intensamente en lo que estás recibiendo de tus sentidos corporales: los sonidos externos, los sonidos internos (tu respiración, tu latido cardiaco, el ruido de tus tripas…), el contacto de la ropa, la temperatura, si sientes tensión en alguna parte de tu cuerpo, el olor del aire, la calidez de la luz, el color y textura de los objetos. Simplemente estate presente en estas sensaciones. En este momento no hay lugar para pensamientos, juicios, angustias ni preocupaciones. Sólo SIENTE durante unos momentos, y observa cómo la vida es eso... instantes.


Me encantará que me dejes tus comentarios y opiniones…






miércoles, 27 de julio de 2016

EL DESAFÍO DE LA CONCIENCIA PLENA


¿Has oído hablar de mindfulness o conciencia plena? Aunque actualmente está "de moda" en este mundo ajetreado que vivimos, no es algo nuevo, pues el hacernos conscientes del momento presente es algo que el Budismo lleva enseñando siglos, mediante la meditación.

Hace una semana una amiga mía cuya hermana está luchando contra la recidiva de un tumor contaba que nunca había visto a su hermana disfrutando tanto de la vida, ya que ahora era consciente de lo precioso que es el tiempo que todavía tiene. Esto me hizo pensar en cómo desperdiciamos la vida sin disfrutarla, sin ser conscientes de cada momento, sin estar presentes. De cómo solemos estar en el pasado o en el futuro, sin darnos cuenta de que el momento presente se nos escapa de las manos, como la arena entre los dedos, y nos encontramos que los años pasan sin sentirlos. 





Llevo años leyendo sobre meditación y mindfulness, intentando practicarlos y llevarlos a mi vida diaria y a mi práctica profesional, y sé por experiencia lo difícil que es adquirir el hábito de vivir y disfrutar el momento. 

Es por lo que he pensado plantear unos pequeños retos o ejercicios para las personas que quiero y para mí misma, para llevar la atención a nuestra vida, al precioso regalo que es el momento presente. Unos desafíos para llevar la atención plena a nuestra vida diaria. 

¿Te animas?  


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