miércoles, 21 de septiembre de 2016

DESAFÍO Nº 6: CONDUCE ATENTAMENTE



El modo de nuestra mente por “defecto” es el de soñar despiertos. Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos estamos “pensando” en otras cosas, distintas a las que estamos haciendo, sin control alguno sobre adónde va nuestra mente. 

Esto genera distracciones y olvidos que la mayoría de las veces no son muy importantes, como cuando se nos olvida a por qué nos hemos levantado, pero que en otras ocasiones estas distracciones están poniendo en riesgo nuestras vidas, como cuando conducimos con el "piloto automático" puesto.  

Varias investigaciones han comprobado que conducir pensando en otras cosas puede aumentar el riesgo de accidente, porque se reduce el ángulo de atención, aumenta el tiempo de respuesta a sucesos inesperados, se conduce a más velocidad y se mantiene una distancia con el coche de delante menor. (Yanko, 2014; He, 2011).

Los expertos consideran que es difícil mantener la atención durante viajes largos, monótonos o rutinarios. La conducción automática reduce el cansancio que supondría la atención plena durante períodos largos. Y es que nuestra mente no está entrenada para mantener la atención durante períodos prolongados, especialmente si la tarea es monótona. Pero lo cierto es que no hace falta que el viaje sea largo, ya que la mayoría de las veces sintonizamos nuestra radio interior (además de la exterior) en cuanto agarramos el volante.



Hace algunos años, la empresa Audi puso en práctica un experimento para medir la conducción automática o subconsciente, en contraste con la conducción con atención plena. ¿Os ha ocurrido alguna vez que al llegar a vuestro destino os habéis preguntado: "¿Cómo he llegado hasta aquí?"... 



Por todo esto, aunque sólo sea como entrenamiento para la mente, y de paso, aumentar nuestra seguridad, haz una práctica de conducción atenta siempre que puedas:
  • Haz una o dos respiraciones antes de arrancar el coche. Esto te permite situarte en el presente y en el cambio de actividad. 
  • A lo largo del viaje, centra tu atención en las condiciones de la carretera, en el comportamiento de los otros coches, en las señales de tráfico, en ajustar la velocidad a las condiciones...
  • Vuelve a redirigir tu atención cada vez que te “descubras” divagando con otros temas.
  • Centra tu atención en la respiración cada vez que pares en un semáforo. Deja que tu mente se serene. Puedes hacer un “escáner” de tus sensaciones corporales: ¿sientes tensión en alguna parte de cuerpo, quizá el cuello, los hombros…? Ajusta tu postura y relaja, en la medida de lo posible, estos músculos. Si todavía tienes tiempo, observa a tu alrededor. Hacer esto puede convertir cada semáforo en una pequeña relajación.
  • Vuelve a centrar tu atención en la respiración al llegar a tu destino. No necesitas más de 10 o 20 segundos, concédetelos. Hacer pequeñas paradas con dos o tres respiraciones al cambiar de actividad  nos ayuda a estar más centrados, más atentos y más relajados.

Pruébalo y me cuentas...










sábado, 10 de septiembre de 2016

DESAFÍO Nº 5: DISFRUTA PLENAMENTE DE TU TAZA DE TÉ



El tomar té (o café) está asociado en muchas culturas a momentos de relax, de contacto social, de hospitalidad. En algunos países, como Japón, existe todo un ritual respecto a la preparación del té. En estos rituales, se puede encontrar una “adoración de lo bello en medio de los hechos sórdidos de la vida cotidiana, así como refinamiento, un íntimo contenido espiritual, humildad, control y simplicidad” (Wikipedia).

Por ello, el saborear plenamente de una taza de té, infusión o café puede ser un buen ejercicio para cultivar la atención. Es además una forma de que el descanso que nos permitimos cuando nos tomamos una tacita de nuestra bebida favorita sea realmente un paréntesis entre nuestras preocupaciones habituales, al darle toda nuestra atención al momento presente. 

¿CÓMO HACERLO?

Prepáralo con cuidado y atención, eligiendo una taza bonita. Aparta el móvil (importante). Sé consciente de lo que estás haciendo y deja por un momento las preocupaciones y planificaciones. Aprovecha la espera para observar tu respiración, sin modificarla. 

Cuando ya esté listo, tómatelo dedicándole toda tu atención, sé plenamente consciente de lo que estás haciendo, como si fuera la primera vez que lo pruebas: céntrate en el momento presente. Observa, huélelo, saborea, paladea, siente su temperatura, la textura de la taza. Si la mente se te va a otras cuestiones (lo cual será lo normal y habitual, ya que no tenemos entrenada nuestra mente), simplemente vuelve a tu presente en cuanto seas consciente de la distracción. Hazlo todas las veces que sean necesarias. 

Parece fácil, pero a nuestra mente le gusta jugar a dar saltos, por lo que quizá tengas que volver una y otra vez a la taza de té, a tu presente. Si lo practicas, cada vez será más fácil.


Es una forma de meditación práctica, de vivir plenamente lo cotidiano. Disfruta y agradece. Sé feliz.