domingo, 23 de octubre de 2016

LA MEDITACIÓN RETRASA EL ENVEJECIMIENTO



     Si no meditas porque crees que "no tienes tiempo", vuelve a planteártelo porque muchas investigaciones están descubriendo que la meditación no sólo puede darte más calidad de vida a tus años, sino que puede regalarnos más años de vida con mejor salud.

    En los últimos años, las investigaciones sobre la influencia de la meditación y del mindfulness sobre la salud se han multiplicado exponencialmente y no es raro encontrar artículos en publicaciones científicas de Neurociencia, de Cardiología, etc. Varios de estos artículos, algunos de muy alto nivel y alcance, se han centrado sobre la influencia de la meditación sobre el envejecimiento y mortalidad.

      Un estudio del Dr. Wallace en la década de los 80 en el International Journal de Neuroscience mostraba que los marcadores biológicos de las personas que habían practicado la meditación durante más de cinco años correspondían a una edad biológica 12 años menor. Entre los que llevaban menos tiempo meditando, sus marcadores biológicos eran 5 años menores que los controles. A más años meditando, más rejuvenecimiento. Podéis leer el artículo aquí:
     La revista American Journal of Cardiology publicó en el 2005 los resultados de un estudio sobre meditación, realizados por el Centro de Medicina Natural y Prevención de Estados Unidos. Según dicho estudio, las personas que practican la técnica de la meditación viven más que aquellas que no lo hacen. A 202 ancianos hipertensos (con una media de edad de 71 años) les enseñaron meditación trascendental, y compararon su salud con un grupo control a largo plazo (¡máximo 18 años de seguimiento!). Entre los meditadores, hubo 49% menos de muertes debidas al cáncer, 30% menos muertes por problemas cardiovasculares, y 23% menos de muertes por causas diversas, comparándolas con los controles. 




Varios estudios confirman que los meditadores son más longevos. En otro estudio, se estudió el impacto de la meditación entre los habitantes de ocho residencias, con una media de edad de 81 años. A los tres años la supervivencia entre los meditadores era del 100%, mientras que en el grupo control era del 63%. 

      Uno de los marcadores de envejecimiento celular, que tiene relación con multitud de enfermedades relacionadas con la edad (cardiacas, demencias, osteoartritis, osteoporosis) es la longitud de los telómeros  en los cromosomas. Los telómeros son una especie de capuchones al final de los cromosomas, cuya función es la estabilidad de estos. Con la edad, y las divisiones celulares, los telómeros se van acortando, hasta que llega un momento en el que la célula no puede replicarse y muere. Son como temporizadores de la célula, ya que marcan el número de divisiones celulares de esta. En este proceso tiene un papel fundamental la telomerasa, una enzima que contrarresta el acortamiento de los telómeros, por lo que promueve la longevidad celular.  




 
El proyecto Shamatha, un estudio longitudinal sobre meditación, hizo un seguimiento de sesenta participantes de un retiro intensivo de meditación de tres meses en 2011. El equipo de investigación liderado por el Dr. Saron, del Davis Center for Mind and Brain de la Universidad de California, y en el que participó la Premio Nobel y descubridora de la telomerasa Elizabeth Blackburn, demostró que la actividad de la telomerasa era un 33% más elevada en los glóbulos blancos de los meditadores que en los grupos control. La meditación promueve cambios psicológicos positivos, y aquellos meditadores con más cambios a nivel psicológico fueron los que se encontraron niveles de telomerasa más altos. El Dr. Saron observó que la meditación puede mejorar el bienestar psicológico de una persona, y esto influir en la telomerasa de las células inmunes, que tiene la capacidad de aumentar la longevidad de dichas células.

Elizabeth Blackburn, Premio Nobel de Medicina en 2009
   
    El equipo liderado por la Premio Nobel Elizabeth Blackburn demostró que la meditación puede ralentizar el envejecimiento genético y estimular la regeneración genética. “Algunas formas de meditación pueden tener efectos saludables sobre la longitud de los telómeros, al reducir el estrés cognitivo y la aparición del estrés, y estimular estados positivos de la mente y factores hormonales que pueden promover el mantenimiento de dichos telómeros”. También la pobreza, la alimentación deficiente y trabajo en malas condiciones son limas que recortan los telómeros, según esta investigadora.

    Varios estudios han comprobado el impacto de la meditación sobre la hormona DHEA, cuyos niveles pueden llegar a incrementarse hasta en un 90% en cuestión de semanas en personas que estaban aprendiendo a meditar.

    La DHEA es una hormona que ayuda al cuerpo a defenderse de ataques virales, bacterianos y parasitarios, previene la inflamación y mantiene la glándula del timo (relacionada con la esperanza de vida). Además previene la depresión y contrarresta los efectos negativos del estrés. La hormona DHEA es abundante en el cuerpo durante la juventud, pero decrece con la edad. Se produce en el cuerpo y no se puede asimilar cuando se adquiere por fuentes externas. Tanto el ejercicio como la relajación y meditación incrementan esta hormona.

    El doctor Wallace investigó el impacto de la meditación en los niveles de DHEA, y publicó sus resultados en el International Journal of Neuroscience. Encontró que el cuerpo produce más hormonas reguladoras, curativas y calmantes (DHEA, melatonina y serotonina) durante un estado relajado, al incrementarse la actividad de las partes del cerebro que estimulan su secreción, y disminuyendo la actividad de las áreas relacionadas con el estrés del cerebro (que secretan adrenalina y cortisol).

    Así que, si te quieres mantener joven: 
cultiva tus relaciones, cuida tu alimentación, haz ejercicio físico regularmente  y MEDITA.




     En próximas entradas hablaré de los efectos de la meditación sobre otras áreas: la salud física, psicológica, nuestro rendimiento laboral, deportivo, su influencia sobre las relaciones que establecemos y, lo más importante, cómo vivimos día a día la vida que tenemos. 


jueves, 6 de octubre de 2016

DESAFÍO MINDFULNESS Nº 7: 
ATENCIÓN PLENA EN LAS ESPERAS:


¿Cuánto tiempo de nuestra vida nos pasamos esperando? A que nos atiendan en la cola del supermercado, a que llegue el autobús, aguardando a nuestra cita, el avión, esperando en la sala del médico….



Desde que existen los teléfonos inteligentes, nuestra tolerancia a estar sin hacer nada en estas “esperas” se ha reducido a casi cero. ¿Cuántos minutos te permites “estar” sin consultar si ha llegado un mensaje? ¿En casa, por la calle?



Como entrenamiento para aprender a estar con uno mismo, te propongo el siguiente desafío:
  • La próxima vez que tengas que esperar no saques el teléfono. Existe vida fuera del entorno virtual, ¡en serio! O al menos, espera unos minutos antes de hacerlo. 
  • Concéntrate en tu momento presente. Centra tu atención en la respiración: ¿cómo la sientes? ¿dónde la sientes? ¿cómo es de rápida/lenta, forzada/cómoda, superficial/profunda?
  • Haz un “escaneado” de tus sensaciones corporales: de las tensiones en tus músculos, de las sensaciones de la ropa en tu piel, de la postura, etc. Quizá incluso de tus emociones: ¿te sientes nervioso/a, impaciente, tristón/a, enfadado/am alegre….?
  • Concéntrate en los estímulos externos: simplemente observándolos, sin juzgarlos. Quizá descubras que es muy difícil observar a otras personas, sin que nos surjan juicios automáticos sobre ellos, su ropa, etc (feo/guapo/elegante/antipático…)
  • Vuelve a concentrarte en tu respiración: cuenta tus respiraciones hasta llegar a 10. Cuando surjan pensamientos, y te des cuenta de que te has enganchado a su tren, bájate de él, y vuelve a contar tus respiraciones.
Me encantará leer tus comentarios.